Autor: Daniel Monge Sancho
Sin comentarios.
Nombre:
04/05/2010
Al observar la fotografía, de primera entrada, la asociamos visualmente con detalles de la obra del pintor y escultor francés Edgar Degas y sus bailarinas. Podríamos decir que hay inter textos impresionistas en éstas obras vibrantes de Daniel Monge, aunque él quizás no lo haya previsto. El movimiento y el ritmo, que no son lo mismo, son los elementos esenciales que orientan esta composición. No todo lo que se mueve tiene ritmo. Hay personas que se mueven cuando pretenden bailar pero no expresan ritmo. Puede suceder lo mismo con las formas en una obra artística. Debe haber algún tipo de orden para que haya ritmo. En este caso las formas están ordenadas, girando alrededor de un eje o una zona amarillenta, central, más cálida que el resto de los elementos que participan como conjunto y que funciona como un imán o un centro de galaxia o nebulosa. Aunque la mancha amarilla esté al centro, no hay simetría formal, lo que rigidizaría mucho la composición, porque las transparencias blancas, muy bien logradas, lo impiden. Hay también en esta excelente fotografía sugerencias temporales, como en el cine, lo que agrega una cuarta dimensión a la obra.
Nombre: Juan Gabriel Monge Ulate
21/10/2009
Esto tiene tanto potencial ... ¡Que asusta! Te felicito.
Nombre: Gustavo Valle Jiménez
20/10/2009
Que locura!